martes, 23 de abril de 2024

Manifiesto del Día del Libro 2024

Manifiesto del Día del Libro 2024 de la Junta de Andalucía.



El derecho a la lectura



¿Tenéis tiempo para leer? La inmediatez marca nuestras relaciones y la exigencia del trabajo crece a cada instante. Necesitamos detenernos. Recurrir al acto de resistencia que es la lectura. Parece que realmente existiesen los Hombres Grises que creó Michael Ende en Momo y nos robaran el tiempo volviendo a las personas más ansiosas e incapaces de disfrutar el presente. Leo en varios artículos y libros sobre la era del agotamiento. Los leo también exhausta.

Yo no escribo, yo leo. Leo y vendo libros. Libros que escriben otras personas, que crean historias que atraen a lectores y lectoras manteniendo vivas librerías como la mía. Me siento afortunada de hacer posible ese intercambio, pero sobre todo, me siento agradecida por poder leerlos. Y mientras los ordeno, catalogo y coloco con cuidado en los escaparates, siento que quiero reivindicar ese derecho.

Hace 20 años yo estaba muy perdida hasta que me surgió una oportunidad para trabajar aquí. La librería se convirtió en mi refugio y mi lugar de aprendizaje. Después de enfrentar la crisis económica de 2009 tuve que alejarme temporalmente de allí. Hasta que un día, hace ahora cuatro años, le dije a Juan, mi antiguo jefe, que todavía soñaba que ordenaba libros, él me comentó que tanto él como Mamen se iban a jubilar y que le daría mucha pena que la librería cerrara después de 40 años. Me propuso tomar las riendas. Me pareció un acto político porque cuando Rayuela Idiomas cerró en la Plaza de la Merced y pusieron un Starbucks, yo dejé de pasar por delante. Pese al miedo que me daba ser autónoma, ser jefa y lidiar con los bancos. Si algo me había enseñado trabajar aquí los años anteriores es que el acto de leer lo cambia todo. Cuando decidimos leer, elegimos no ser productivos. La lectura nos exige concentración, cuidar la iluminación, el ambiente tranquilo... casi el mismo ritual que el amor.

Al regresar, esta vez como propietaria, recordaba el funcionamiento de todo, aunque hubiesen pasado 10 años, parece que los comandos, la forma de hacer un inventario o gestionar pedidos habían estado hibernando en mi cabeza. Después de firmar y ver a Juan emocionado tras la mascarilla, llegué a la librería con mi compañero, abrimos una botella de vino, me regalaron unas flores y de repente me vi así como: “Dios mío qué hago”.

Todos estos años en la librería me han servido para darme cuenta de que leer es mucho más que un gesto de consumo, leyendo podemos comprender el mundo que nos rodea. Pero además, lo más importante y lo que más me llena, es la comunidad que se crea, lo colectivo en la lectura, cuando quien lee no soy yo, sino nosotras, a través del club de lectura, cuentacuentos, presentaciones, tertulias y toda la vida que se genera aquí. De repente, la lectura construye ese sentido de pertenencia que siento con las personas que vienen día a día. Un lugar donde puedes relacionarte con gente de diferentes edades y maneras de pensar. Siempre digo que me gusta más escuchar y aprender que recomendar libros.

Me gustaría terminar con una cita de Ursula K. Leguin en su discurso de aceptación del National Book Award:

“Los libros no son solo productos, la motivación por las ganancias está frecuentemente en conflicto con la búsqueda del arte. Vivimos en un estado capitalista, su poder parece invencible, tal como parecía el derecho divino de los reyes. A cualquier poder humano se le puede oponer resistencia, puede ser reemplazado por medios humanos. La resistencia y el cambio frecuentemente comienzan con el arte, y muy frecuentemente es nuestro arte, el arte de las palabras.”

(Books aren’t just commodities; the profi t motive is often in confl ict with the aims of art. We live in capitalism, its power seems inescapable – but then, so did the divine right of kings. Any human power can be resisted and changed by human beings. Resistance and change often begin in art. Very often in our art, the art of words.)

Noelia Clavero Toledo



Noelia Clavero Toledo es la responsable de la librería Rayuela de Málaga.


Manifiesto del Día del Libro 2024 (Castilla - La Mancha)



Creo que tengo mucha suerte de que uno de mis primeros recuerdos (Belmonte, 1987) sea leyendo. Les ahorro a ustedes hacer la cuenta de la vieja y les pongo en situación: yo tenía 5 añitos y estaba en clase de la señorita Pilar, en el aula de segundo de parvulitos de la escuela pública de Belmonte (Cuenca) y en pleno invierno. Lo de que era invierno lo tengo claro porque mi recuerdo está difuminado por esa luz que solo se percibe en los pueblos de La Mancha cuando el grajo vuela bajo. Aunque el relato ha empezado muy bucólico-pastoril, interrumpo la emoción para comentar que en mi pueblo al edificio lo llamaban popularmente "Las gorrineras”.

Y allí estábamos, en "Las gorrineras”, calculo que unos 50 chiquillos y chiquillas de Belmonte, con nuestros mocos y nuestros chándales de táctel propios de la época, dispuestos a abrir el libro por la página 37 y leer por turnos la historia de "La caja de Pandora". La señorita Pilar nos había mandado leer a cada niño un párrafo siguiendo el orden en el que estábamos sentados. Un orden que coincidía con el orden alfabético. Así, primero leería Erica Alcázar, después Belén Campos, luego Ana Belén Cuevas y... recuerdo que conté mentalmente el número de niños que quedaba hasta llegar hasta la "G" de "Marian García”. ¡Demasiados niños! ¡Yo no podía esperar tanto tiempo para saber qué le pasaba a Pandora!

En un rapto de inusitada desobediencia decidí leer la historia por mi cuenta. Me enfrasqué tanto en la lectura que cuando llegó mi turno yo debía andar a por uvas. Como con cinco años aún no teníamos picardía suficiente, ningún vecino tuvo a bien avisarme con un codazo de que era mi turno así que la señorita Pilar me regañó. Con toda la razón. Ahora que pienso detenidamente en aquello, no sé si mi primer recuerdo fue por lo que me dolió la regañina (por entonces yo aún era una niña buena y responsable) o por el placer que me provocó aquella lectura, una de las primeras lecturas en la que sentí (sin saberlo) que la dopamina se segregaba a chorros en mi corteza prefrontal.

Hoy, después de haber estudiado algo sobre neurociencia, sé que fue la dopamina, el neurotransmisor de la anticipación del placer, del deseo, quien me impulsó a desobedecer las normas de la profe y me animó a anticiparme leyendo mentalmente el texto para saber qué ocurría con Pandora. La dopamina me hizo querer saber más, aquí y ahora, sin poder esperar a la lectura oral, que lógicamente se realiza de manera más pausada. Fue quizá mi primera "dopamina de la buena".

Hoy agradezco que alguien (que "muchos alguienes") como la señorita Pilar, como Doña Angelines, como Don Miguel, como mis padres, como mi tía Mayte... me iniciaran en el placer de la lectura. Porque iniciar a los niños en la lectura placentera es uno de los mejores regalos que podemos hacerles. Existe numerosa evidencia científica de los beneficios para el cerebro de la lectura. Entre ellos, leer de manera regular mejora la función cognitiva, aumenta la memoria o estimula la creatividad. Con respecto a la salud mental, puede ayudarnos incluso a reducir el estrés.

Y esto no es todo. Según un estudio de la Universidad de Oxford, la lectura por placer (insisto, ¡por placer!) predice el éxito profesional. Según este estudio, los adolescentes a los que "hay que apagarles la luz de la mesita porque no ven la hora de cerrar el libro, tienen más posibilidades de triunfar en su vida adulta. Y es que practicar karate, aprender chino mandarín, o iniciar a nuestros hijos en la robótica es muy positivo... pero en este estudio ninguna actividad extraescolar tuvo un impacto tan significativo profesionalmente como la lectura.

En este 23 abril en el que la lectura es más protagonista que en cualquier día del año, regalemos libros, regalemos rosas… pero sobre todo, mi propuesta es que regalemos espacio y tiempo a los niños y adolescentes que tengamos cerca para que puedan disfrutar de la lectura, por el mero placer de leer. Quizá les ayudemos a ser más exitosos en el futuro, pero sin ninguna duda, a lo que les ayudaremos será a ser personas más completas, más abiertas, más empáticas y más libres. ¿Se puede regalar algo mejor?

¡Feliz día del libro 2024!

Marián García.


María de los Ángeles García García, más conocida como Boticaria García o Marián García (Belmonte, 1982), es una farmacéutica, divulgadora científica y docente española.