Este año el Manifiesto en favor de la lectura 2014 en Andalucía ha sido escrito por Almudena Grandes, con el título "Todos somos Robinsón".
Todos somos Robinsón
Escribir un libro es inventar una
isla desierta, modificar con un punto apenas perceptible elmapa de
los sentimientos, de las emociones humanas, para desear
fervientemente un naufragio, la llegada de ese Robinsón desnudo y
desarmado que somos todos los lectores cuando abrimos por primera vez
un libro.
Yo he creado algunas de esas islas,
pero he colonizado muchísimas más. He nadado centenares, quizás
miles de veces, hasta el barco, y he vuelto remando, con madera, con
lienzos, con comida, con armas y municiones para defender mi casa. Y
en muchos de esos viajes, un grano de trigo ha caído en la tierra
sin que yo me diera cuenta, y el sol y la lluvia lo han hecho
germinar, y ha crecido una espiga para que yo pudiera cosecharla, y
molerla, y fabricar por fin mi propio pan, un pan que me ha alimentado mucho más que
las tostadas que desayuno todos los días.
Yo he aprendido muchas más cosas en
los libros que en la vida, y he sido feliz, y desgraciada, y me he
reído, y he llorado, y me he asustado, y me he emocionado, y me he
enamorado, y me he desenamorado muchas más veces, porque
los libros viven, laten, palpitan con su propio corazón. La
literatura es el telar donde Penélope teje cada día con los hilos
de la vida humana el sudario que desteje cada noche para empezar otra
vez, apenas sale el sol, desde hace miles de años.
La lectura y la escritura son dos caras
de la misma moneda, una isla desierta y su náufrago. Yo lo sé bien,
porque fueron los propios libros quienes me abocaron a escribir
libros, y si antes no hubiera vivido leyendo, nunca habría podido
empezar a escribir. Cuando descubrí la extraordinaria capacidad de
la literatura para multiplicar y enriquecer mi vida, la prodigiosa
generosidad con la que desplegaba ante mis ojos una infinidad de
aventuras, de lugares, de identidades múltiples que sin embargo eran
capaces de superponerse sin conflicto alguno a mi propia identidad,
para coexistir con el tiempo y el espacio de mi vida verdadera, me
enganché a los libros como otros se enganchan al ejercicio físico,
al alcohol, a la velocidad o a la música.
Y si alguna vez, aquel fervor se
identificó con la necesidad de autoafirmación de todos los adolescentes, pronto empezó a
confundirse con el puro instinto de supervivencia de los adultos.
Eso sigue siendo tan cierto que, si en
estemomento, alguien me obligara a elegir entre vivir sin leer y
vivir sin escribir, estoy segura de que acabaría renunciando al
oficio que he perseguido desde que era una niña que decía que iba a
ser escritora. Porque tal vez sería capaz de llegar a ser feliz
trabajando en otra cosa –una librería literaria, una papelería
bien surtida de rotuladores y lápices de todos los colores, una
ferretería empapelada de cajoncitos con tuercas y tornillos, o una
huerta- pero, para mí, vivir sin leer
ya no sería vivir, sino un sucedáneo insoportable de la vida.
¿Quieren ustedes vivir? Lean.
¿Quieren vivirmás años, con más
intensidad, más variedad, más alegría? Lean más.
Déjense llevar por las eternas mareas
de una pasión inmortal y no teman a las olas. Al otro lado de
cualquier océano siempre hay una playa, una isla, un mundo completo
que sabrá llamarles por su nombre y un grano de trigo que les está
esperando.
Almudena Grandes