Desde 1967, el 2 de abril, coincidiendo
con la fecha del nacimiento del escritor danés Hans Christian
Andersen, el IBBY promueve la celebración del Día Internacional del
Libro Infantil con el fin de promocionar los buenos libros infantiles
y juveniles y la lectura entre los más jóvenes.
Cada año, una sección nacional del
IBBY tiene la oportunidad de ser la patrocinadora internacional del
Día del Libro Infantil y selecciona un escritor representativo y a
un reconocido ilustrador de su país para que elaboren el mensaje
dirigido a todos los niños del mundo y el cartel que se distribuye
por todo el mundo, y se promueva la celebración en las bibliotecas,
centros escolares, librerías, etc.
Este año le corresponde a la sección
de Letonia, que difunde el mensaje de la escritora Inese Zandere
(1958) y el cartel del ilustrador Reinis Petersons (1982)
Los libros hacen grande lo más pequeño
Las personas tienden al ritmo y a la
regularidad, de la misma forma que la energía magnética organiza
las virutas de metal en un experimento de física, de la misma forma
que un copo de nieve crea cristales a partir de agua. Ya sea en un
cuento de hadas o en un poema, a los niños les gusta la repetición,
los refranes y los motivos universales porque pueden reconocerse una
y otra vez; dan regularidad a un texto. El mundo adquiere un orden
precioso. Aún recuerdo que de niña luchaba conmigo misma por
defender la justicia y la simetría, la igualdad de derechos para la
izquierda y la derecha: si tamborileaba con los dedos una melodía
sobre la mesa, contaba cuántas veces debía golpear con cada dedo
para que los demás no se sintieran ofendidos. Solía aplaudir dando
una palmada con la mano derecha sobre la izquierda, pero pensé que
eso no era justo y aprendí a hacerlo al contrario, con la izquierda
sobre la derecha. Por supuesto, este afán instintivo de equilibrio
resulta gracioso, pero lo que muestra es la necesidad de evitar que
el mundo llegara a ser asimétrico. Tenía la sensación de ser la
única responsable de todo su equilibrio.
La inclinación de los niños hacia los
poemas y las historias surge, igualmente, de su necesidad de llevar
regularidad al caos del mundo. Desde la indeterminación todo tiende
hacia un orden. Las canciones infantiles, las canciones populares,
los juegos, los cuentos de hadas, la poesía… son formas de
existencia rítmicamente organizadas que ayudan a los más pequeños
a estructurar su presencia en el gran caos. Crean la conciencia
instintiva de que el orden en el mundo es posible y que todas las
personas tienen en él un sitio único. Todo fluye hacia este
objetivo: la organización rítmica del texto, las series de letras y
el diseño de la página, la impresión del libro como un todo bien
estructurado. La grandeza se revela en lo más pequeño y le damos
forma en los libros infantiles, incluso cuando no estamos pensando en
Dios o en los fractales. Un libro infantil es una fuerza milagrosa
que promueve el enorme deseo de los pequeños y su capacidad de ser.
Promueve su coraje para vivir.
En un libro, los pequeños siempre son
grandes, de manera instantánea y no solo cuando llegan a adultos. Un
libro es un misterio en el que se encuentra algo que no se buscaba o
que no estaba al alcance de alguien. Lo que no pueden comprender
lectores de una cierta edad permanece en su conciencia como una
impronta y continúa actuando aun cuando no lo entiendan
completamente. Un libro ilustrado puede funcionar como un cofre del
tesoro de sabiduría y cultura incluso para los adultos, igual que
los niños pueden leer un libro destinado a adultos y encontrar su
propia historia, un indicio sobre sus vidas incipientes. El contexto
cultural modela a las personas, estableciendo las bases para las
impresiones que llegarán en el futuro, así como para las
experiencias más difíciles a las que tendrán que sobrevivir sin
dejar de ser íntegros.
Un libro infantil representa el respeto
por la grandeza de lo más pequeño. Representa un mundo que se crea
de nuevo una y otra vez, una seriedad lúdica y preciosa, sin la que
todo, incluida la literatura infantil, es simplemente un trabajo muy
pesado y vacío.
(Texto original: Inese Zandere.
Ilustración: Reinis Pētersons. Traducción: Attesor traducciones)
Pueden descargar el folleto en español aquí.